Polonia es un destino al que le tenía muchas ganas. Con esta escapada me hequitado (parcialmente) la espinita. Tratándose de sólo 4 días no teníamos tiempo de salir de Varsovia. Por ello dejamos para otra ocasión recorrer el país. Esta vez pateamos Varsovia.
La verdad es que es un bonito plan para dos-tres días. Una ciudad muy nueva (fue arrasada y reconstruida tras la II guerra mundial), pero que tiene sus cosas interesantes.


El barrio antiguo, el Stare Miasto, guarda la esencia del antiguo Varsovia. El paseo por sus calles es muy agradable.
El Parque Lazienki es una preciosidad.
Estas han sido las dos atracciones de Varsovia que más me han gustado. Tiene otras que también merecen visita, el Palacio de la Cultura y la Ciencia, el Museo del Levantamiento Judío, etc…
Dos apuntes más. Primero, se come muy bien y a muy buen precio, la cerveza es muy buena y barata. Y Los polacos son amables y serviciales (Excepto cierto taxista del que hablaré en detalle otro día…).
Un gusto, sí señor.